Las flores han sido un pilar en la vida humana desde hace miles de años. En la Polinesia, que incluye lugares como Rapa Nui, Hawái y Tahití, las flores no son sólo una expresión de belleza, sino también un símbolo cultural y espiritual que se ha mantenido vivo hasta hoy.
Las islas de la Polinesia, y especialmente Tahití, son todo un paraíso floral con multitud de hermosas especies llenas de color y suaves aromas. Al igual que estos destinos, la flora local atrae e intriga a todos los viajeros que la descubren.
Ya sean endémicas o provenientes de continentes distantes, las flores han prosperado gracias a las condiciones climáticas ideales de la Polinesia, que son perfectas para su desarrollo. Antiguamente sagradas para los habitantes originarios, hoy en día son un fuerte símbolo y una parte integrante del mito de estas mágicas islas que hacen soñar al mundo.
Especies como ti o Auti (cordyline fruticosa), tipanie (plumeria), buganvilla, ave del paraíso (strelitzia), opuhi (zingiber zerumbet) y, por supuesto, la tiare (gardenia tahitensis)… cada una de ellas sorprende por su apariencia y su perfume encantador.












Tradiciones y Rituales
Una de las tradiciones más hermosas es la creación de collares de Tiare, conocidos como «hei» o «lei», que se hacen con varios tipos de flores. Estos collares son usados por los lugareños y son ofrecidos también a los turistas, sumergiéndolos directamente en la magia polinesia.
El Simbolismo de la Tiare Tahiti
La Tiare Tahiti, o «flor de Tahití», es el emblema nacional de la Polinesia Francesa y se encuentra presente también en gran parte de las otras Islas del Pacífico. Esta flor es más que una simple planta, es todo un símbolo en la vida y la cultura polinesias. Las mujeres («vahine») suelen llevar la flor abierta en la oreja, mientras que los hombres («tane») llevan un capullo de flor. Además, la posición de la flor indica el estado sentimental de quien la lleva.
En lengua tahitiana la Tiare tiene 10 nombres diferentes según su etapa de madurez y se utiliza para varios remedios tradicionales. Sin embargo, su uso más conocido en todo el mundo es, sin duda, el famoso Monoï de Tahití; se trata de un aceite muy suave que se utiliza de muchas formas, se trata de un aceite muy suave que se utiliza de muchas formas, desde hidratar y nutrir la piel de los bebés desde su nacimiento, hasta el cuidado de la piel y del cabello de personas de cualquier edad, sin olvidar por supuesto su uso más conocido: para lograr un precioso bronceado dorado.
La Tiare en la Cosmética y el Bienestar
Más allá de ser un símbolo cultural de la Polinesia, la flor y las hojas de Tiare tienen otras muchas aplicaciones prácticas, como por ejemplo para realizar varios tipos de «Ra’au Tahiti» (masajes polinesios tradicionales).
Por eso, en Anakena, hemos capturado la esencia de esta maravillosa flor en nuestro Monoï de Tahiti. Las flores de Tiare se recogen antes del amanecer y se sumergen durante 12 días en el aceite de coco con una concentración mínima de 12 flores por litro, utilizando un método especial de enfleurage. Además, cada botella de nuestro aceite Monoï contiene una flor de Tiare Tahiti original, otorgando un toque auténtico de la Polinesia a tu rutina de cuidado de la piel.
Certificación de Autenticidad
La autenticidad del aceite Monoï de Tahiti Anakena está acreditada por el certificado “Appellation d‘Origine®”, un sello de garantía que confirma el origen y el proceso de fabricación del producto. Monoï de Tahiti es el primer producto cosmético en recibir una Denominación de Origen. El sello en nuestra etiqueta confirma el origen polinesio de sus ingredientes, su selección y la calidad de su producción. El Monoï de Tahiti Anakena lleva este sello en cada botella.
En resumen, las flores en la Polinesia son mucho más que una simple decoración, son un elemento integral de la cultura y la vida cotidiana. Al elegir productos como nuestro Monoï de Tahiti Anakena, con un origen 100% natural, no sólo estás eligiendo un aceite para el cuerpo y el cabello de alta calidad, sino que también estás participando en una tradición que ha perdurado por cientos de años, que celebra la riqueza cultural y la belleza natural de la Polinesia.